Con una oposición política completamente desdibujada y fragmentada, incapaz de ponerse de acuerdo hasta para ir a tomar un café, los Kirchner pronto advirtieron que su rival a batir era la prensa independiente a su voluntad e intereses políticos. Clarín, en primer lugar; y La Nación pasaron a ser los objetivos de la munición que partía desde la Casa Rosada, sede el Ejecutivo argentino. Paralelamente, otros medios, los afines al Gobierno, comenzaron a recibir importantes subsidios bajo el formato de publicidad oficial.
Ahora, sectores de la oposición vuelven a la carga al acusar al Gobierno de utilizar la ley de Medios sólo para crear y financiar una red de radios, canales de televisión y programas oficiales y beneficiar a grupos periodísticos privados “amigos del discurso del oficialismo”.
En efecto, durante las Jornadas Internacionales de Televisión por Cable organizadas por ATVC y CAPPSA, las dos entidades que agrupan a las empresas del sector, la diputada nacional por la UCR Silvana Giudici dijo que los medios oficiales vienen siendo financiados por una caja estatal cercana a los cuatro mil millones de pesos (712 millones de euros) anuales. La legisladora aseguró que el Gobierno “usa para imponer su discurso a través de medios públicos, mil millones de pesos (178 millones de euros). Estos se reparten entre el INCAA y la producción de contenidos, en Canal 7, Télam y Radio Nacional.
Giudici añadió otros 1.200 millones (214 millones de euros) que se destinan a financiar el Fútbol para Todos; una cifra similar es para el desarrollo de la Televisión Digital Terrestre (TDT) y alrededor de 1.500 millones (267 millones de euros) en pautas de publicidad oficial “que se destinan a los medios afines”.