Los usuarios de Internet están bloqueando más anuncios que nunca, según el último elaborado por la consultora PageFair en colaboración con Adobe. Google Chrome es el navegador que más ha ayudado a impulsar este crecimiento (86 millones de usuarios activos entre junio de 2013 y el mismo mes de 2014).
España, Japón, China e Italia son los países donde más crece el número de usuarios que utilizan bloqueadores, hasta un 134%, pero son Polonia, Suecia, Dinamarca y Grecia los que cuentan con hasta un 24% de la población usando este software. (España aún tiene que crecer a un ritmo mayor para alcanzarlos, quedándose en un 13,9%).
Por otra parte, lo más significativo es que, de los 144 millones de personas que usan algún tipo de bloqueador de publicidad, un 41% son jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y 29 años, llegando al 54% entre los hombres. Sean Blanchfield, de PageFair, resalta que el grupo de edad al que se dirigen los anunciantes es precisamente el que está rechazando masivamente su publicidad.
Blanchfield, que describe este software como “el Napster de la industria de la publicidad”, se pregunta cuál será la respuesta de los medios de comunicación ante un hecho que está motivando que los sitios webs pierdan una fuente de ingresos vital y se vean abocados al cierre. La clave está en si van a ir tras los usuarios finales o van a tratar de reconocer que algo ha cambiado y que los lectores no aceptan ya formas muy agresivas de publicidad.
De hecho, anunciantes y editores tienen en sus manos revertir la situación, a tenor de los resultados del informe. Descartando al 45% de los usuarios que declara que no quiere ver ningún tipo de publicidad, sería interesante tener en cuenta al 17% que bloquean anuncios porque les preocupa su privacidad, al 25% que le preocupa que perjudiquen el rendimiento de sus ordenadores o al 30% que solo rechaza un tipo específico de publicidad. Pero sobre todo, ese 30% que reconoce que su intención era eliminar anuncios que se presentaban en formatos muy intrusivos.
Si más del 60% reconoce que está dispuesto a recibir anuncios que acompañen al contenido gratuito, un cambio de cultura por parte de todos los actores implicados es necesario. Blanchfield asegura que hay que educar al usuario para que entienda que bloquear la publicidad impacta en los ingresos de cada medio. Pero tanto editores como anunciantes tienen que desarrollar su creatividad y mostrar el mensaje en formatos más atractivos y eficaces, atendiendo a los deseos de los usuarios.