Ingram lamenta que “se mire donde se mire” en la “tradicional industria de los medios” se ven “signos de confusión y de desorganización” y que “a pesar de todo hay líderes de la industria que se siguen cuestionando si deben centrarse en lo digital”. En este sentido, Paul Bradshaw, profesor de periodismo, sostiene que todas esas dudas provocan “una pérdida de tiempo y de energía”.
El autor señala que la quiebra de Journal Register Co, al frente de la que está John Paton, que siempre ha defendido “lo digital primero, lo impreso después”, ha provocado que muchos duden ahora sobre el modelo. “Para algunos, el fracaso financiero se ve como un fracaso de todo lo digital, a pesar de que Paton ha explicado que los problemas se basan en los costos heredados, como los contratos de impresión y las pensiones de los empleados del pasado”, dice Ingram.
El experto pone como ejemplo de las dudas un editorial publicado por “Editor & Publisher”, que se basa en la bancarrota de Journal Register para asegurar que el modelo no está claro: “Con todo el bombo que se ha dado a las plataformas digitales, Digital First no fue suficiente para que el Journal Register no se hundiera de nuevo en la bancarrota y ha dejado a los editores pensando: “Si apostar por el digital no funciona, ¿qué quieres?”
“Este tipo de actitud demuestra un profundo desconocimiento de lo que es la industria de la prensa y de lo que necesita para salir adelante”, sostiene Ingram, que cita las palabras de David Carr, periodista del “New York Times”: “Hay dos habitaciones –la sala de papel y la de digital- y los periódicos tienen que ir de una a otra. Pero lo que no pueden hacer es simplemente apagar las luces de una habitación y pasar a la otra. Actualmente están atrapados en un largo pasillo oscuro entre las dos, intentando encontrar a tientas algo para agarrarse. Tampoco tienen claro cuando se encuentran con alguien (como Facebook o Twitter) si son amigos o enemigos”.
Ingram subraya que la transformación debe hacerse “ya sea lenta o rápidamente” y prueba de ello son, en su opinión, los continuos estudios que muestran que el consumo de noticias es cada vez más móvil y multi-plataforma. Añade que aunque nadie tiene la respuesta sobre si se tiene que pagar o no por el periodismo, se debe reconocer que “el viejo sistema está roto: los lectores se han ido y los anunciantes los están siguiendo”. “Lo que está claro es que ha pasado el tiempo de debatir sobre si la industria de los medios tiene que ser digital primero”, remata.